Las enfermedades de madera de la viña (EMV) representan uno de los mayores desafíos actuales para la sostenibilidad de la viticultura a nivel mundial. Estas enfermedades provocan daños significativos en los viñedos cada año y su incidencia está aumentando rápidamente en todos los países productores. Las EMV causan diversos síntomas externos e internos en los viñedos como pudriciones y decaimiento, brotes no uniformes (retrasados o atrofiados), acortamiento de entrenudos, hojas pequeñas, clorosis y marchitez de las hojas, y necrosis interna de la madera (figura 1) (Armengol, 2017; Gramaje y col., 2020). Están causadas por una gran diversidad de hongos, muchas veces en infecciones conjuntas que dificultan su relación clara con los síntomas. Se sabe todavía poco de su epidemiología, que suelen depender en gran medida del manejo del cultivo y de las condiciones ambientales, y de las estrategias para su control. En los últimos años se viene observando un aumento de síntomas asociados a estas enfermedades en la comarca de la Denominación de Origen Valle de La Orotava, que integra los municipios de La Orotava, Los Realejos y Puerto de la Cruz, donde se cultivan principalmente variedades como Listán Negro y Blanco, utilizando el cordón trenzado como sistema de conducción mayoritario.

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